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Riesgo y realidad: ludopatía y la lucha por la incapacidad laboral

La ludopatía es una enfermedad que se caracteriza por un fracaso crónico y progresivo en resistir los impulsos de jugar apostando dinero. El juego se puede desarrollar en locales físicos y en sus versiones virtuales en internet.

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En las últimas décadas, la ludopatía es la adicción sin sustancia más atendida por los especialistas, siendo además cada vez más jóvenes las personas que acuden a profesionales en busca de ayuda, debido en gran parte también al auge del juego online desde casa.

Para poder solicitar una incapacidad, en cualquiera de los grados previstos legalmente, a consecuencia de tener diagnosticada ludopatía, es necesario valorar la situación de la persona y ver cómo le afecta en su día a día, su puesto de trabajo, sus funciones, la gravedad, si es crónica y si genera limitaciones para poder trabajar según la profesión que se desarrolle ya que el tribunal médico considerará que una enfermedad es incapacitante cuando esta afecta negativamente en la persona, tanto física como psicológicamente, y reducen o anulen la capacidad laboral.

Jurisprudencia

Recientemente, ya ha habido varias sentencias que han concedido incapacidad a personas con ludopatía diagnosticada.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia, ha concedido la incapacidad permanente total a un hombre de 43 años por su adicción a la cocaína, alcohol y al juego. La sentencia consideran que sus problemas “tienen la suficiente entidad para considerar que le impiden llevar a cabo su profesión habitual” ya que  “requiere una cierta concentración y responsabilidad que no parece pueda llevarse a cabo con la situación que el demandante presenta en la actualidad” y determinan que ”Partiendo de que la dolencia que presenta el demandante y aquí recurrente de dependencia a cocaína, abuso de alcohol, ludopatía y personalidad de tipo inestable, tiene la suficiente entidad para considerar que le impide llevar a cabo su profesión”.

En este caso, la sentencia argumenta que no se le puede conceder la incapacidad absoluta, pues no se percibe ”que la entidad de la dolencia del demandante tenga una gravedad tal que le impida el desarrollo de cualquier profesión, incluso de aquellas que carezcan de exigencias intelectuales o de concentración como la que en la actualidad lleva a cabo”.

Ratifica igualmente la sentencia de primera instancia, la cual concede al solicitante una incapacidad permanente total a un trabajador que, a parte de tener la ludopatía diagnosticada, tenía diagnosticado además trastorno depresivo mayor, grave y severo, trastorno por consumo de tóxicos (alcohol y cocaína) grave y activo, trastorno por juego patológico y grave e intentos autolíticos de alta letalidad.

Por otro lado, esta sentencia ratifica la incapacidad permanente absoluta concedida en primera instancia a un trabajador que presenta un cuadro de trastorno de dependencia de cocaína y alcohol, trastorno de control de los impulsos con ludopatía, bulimia y rascados y un trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDHA). 

Habrá que valorar por tanto la situación de cada persona, su puesto de trabajo y funciones que desarrolla en el mismo, para poder valorar si se puede solicitar una incapacidad una vez que ya se ha diagnosticado la ludopatía y valorar igualmente si la misma concurre con alguna otra patología en el paciente, lo que generalmente aumentará las posibilidades de éxito de la reclamación.