La evaluación de la incapacidad laboral por alcoholismo requiere un análisis detallado de cada caso, considerando el grado de afectación y su repercusión en la vida social y laboral del individuo. Es esencial demostrar que esta enfermedad ha generado una disminución significativa en las capacidades cognitivas y de la voluntad, lo que resulta en una incompatibilidad con las responsabilidades laborales.
La incapacidad por alcoholismo se basa en evidenciar que la condición ha tenido un impacto psicológico en el individuo, provocando déficits en el razonamiento y la personalidad. Estos déficits pueden manifestarse en una disminución notable de las habilidades.
En los Tribunales, se estiman reclamaciones para conceder la incapacidad permanente parcial, pero para ello, es necesario que se cumplan una serie de circunstancias en el avance de la enfermedad y en la profesión a la que se dedique la persona afectada.
En este sentido, en profesiones que impliquen contacto con bebidas alcohólicas, como la de camarero, se podría declarar una incapacidad permanente total por alcoholismo. Esto es así, porque en estos supuestos, se entiende que el trastorno supone un peligro tanto para el trabajador como para terceros, habiendo, además, un especial riesgo de recaída. No obstante, existe la posibilidad de que, en este tipo de casos, se pueda atribuir una incapacidad permanente parcial.
Para el reconocimiento de una incapacidad permanente total, los Tribunales requieren que la enfermedad cause riesgos, no solo para el propio afectado, sino para terceras personas, debido al tipo de labor a la que se dedique el enfermo.
Un ejemplo claro que exponen los Tribunales es el desempeño de actividades relacionadas con la conducción, donde el riesgo asociado con el consumo de alcohol puede llevar a la incapacidad permanente total (Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria 2022/506636, de la sala de lo social, de 24 de enero de 2022).
Este tipo de ocupación implica un alto nivel de responsabilidad, ya que cualquier alteración de las capacidades cognitivas y motoras del individuo puede poner en peligro la vida de terceros (Sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco 2022/762316, de la sala de lo social, de 13 de septiembre de 2022).
En lo relativo a la incapacidad permanente absoluta, los Tribunales la estiman cuando el afectado, debido a la dependencia del alcohol, desarrolla un deterioro significativo y severo de la salud, o cuando se observa un deterioro cognitivo grave como resultado del alcoholismo (Sentencia del Tribunal Superior de Justicia 2023/504905, de la sala de lo social, de 13 de enero de 2023; Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña 2022/647555, de la sala de lo social, de 1 de junio de 2022; Sentencia del TSJ de Andalucía 2016/61011, de la sala de lo social, de 10 de marzo de 2016).
El Tribunal Superior de Justicia de Asturias indica que, para que se reconozca una incapacidad permanente, se debe demostrar la presencia de una psicosis alcohólica de intensidad suficiente que represente un riesgo significativo tanto para la seguridad del individuo como para la de terceros, todo ello dentro del contexto de una actividad laboral habitual.
Conforme a la jurisprudencia, la incapacidad permanente absoluta implica que las enfermedades concurrentes incapaciten por completo al individuo para ejercer cualquier tipo de profesión u oficio. Esto significa que la persona afectada no puede desempeñar ninguna actividad laboral con un nivel mínimo de competencia, productividad o eficacia en su desempeño.
Cuando se trata de evaluar si alguien es considerado permanentemente incapaz debido a la psicosis alcohólica, algunos tribunales han determinado que esto es posible en situaciones donde el alcoholismo crónico ha causado un deterioro grave en la capacidad cognitiva de la persona.
Cuando el afectado, a pesar de haberse sometido a tratamiento contra el alcoholismo sin obtener resultados beneficiosos, además, sufre síntomas como desorientación, pérdida de memoria y dificultades para pensar con claridad, junto con depresión y problemas hepáticos causados por el consumo excesivo de alcohol, los Tribunales, en estas circunstancias, evalúan si hay deficiencias significativas en la capacidad de tomar decisiones y pensar con claridad, síntomas que evocarían a que el afectado tuviese dificultades para desempeñar cualquier tipo de trabajo, independientemente de su nivel de responsabilidad.
Es importante tener en cuenta que el tratamiento del alcoholismo no se limita a los medicamentos, sino que también implica que la persona reconozca su problema y busque ayuda activamente. Por lo tanto, para que se considere que alguien es incapaz permanentemente debido al alcoholismo, es necesario que hayan intentado abordar su enfermedad en cierta medida. Si estos intentos han fracasado, entonces podría considerarse la posibilidad de recibir una prestación por incapacidad. Sin embargo, si la persona no ha intentado buscar tratamiento o ha sido irregular en su búsqueda, y aún hay posibilidades de tratamiento y rehabilitación, entonces es posible que no se considere apropiado otorgar la incapacidad.